Diccionario histórico de la lengua española

Y cúbrelo después porque ni polvo ni otra cosa caya en él, é por representar que cubrían é descubrían la cara de Nuestro Señor cuando lo abofetearan, deciendo que profetizase quién lo hería.

E porque la grandeza delas reuelaciones no me ensoberuezca: ha me sydo dado el aguijon de mi carne: angel de sathanas que me abofetee.

SSan juan no bien acabando / de rrecontalle ssu pena / su rrostro abofeteando / sus carrnes despedaçando / entraua la madalena; / sacando con rrauia esquiua / sus cabellos amanojos / diziendo madre catiua / andaca sy quieres ver biua / ala lunbre de tus ojos.

Tenía el rey Demetrio una amiga que había nombre Lamia, la cual, como dixese a Demetrio que por qué no hablaba y se regocijaba, respondió él: "Calla, Lamia, y déxame, pues también hago yo mi oficio, como tú el tuyo, porque el oficio de la muger es hilar y parlar, y el del hombre callar y pelear." Abofetear a los moços de cámara, remesar a los reposteros y acocear a los pajes, no lo debéis, señor, hacer, ni aun en vuestra presencia consentir, porque en los palacios de auctoridad y gravedad, al señor pertenesce reñir, y al mayordomo castigar.

¡Oh noche cruel! ¡Oh noche desasosegada, en la cual, oh buen Jesús, ni dormías, ni dormían los que tenían por descanso atormentarse! La noche fue ordenada para que en ellas todas las criaturas tomasen reposo, y los sentidos y miembros cansados de los trabajos del día descansasen; y ésta toman ahora los malos para atormentar todos sus miembros y sentidos, hiriendo tu cuerpo, afligiendo tu ánima, atando tus manos, abofeteando tu cara, escupiendo tu rostro, y atormentando tus oídos: para que en el tiempo en que todos los miembros suelen descansar, todos ellos en ti penasen y trabajasen.

¡Oh noche cruel! ¡Oh noche desasosegada, en la cual, oh mi buen Jesús, no dormías, ni dormían los que tenían por descanso atormentarte! La noche fue ordenada para que en ella todas las criaturas tomasen reposo, y los sentidos y miembros, cansados de los trabajos del día descansasen, y ésta toman ahora los malos para atormentar todos tus miembros y sentidos, hiriendo tu cuerpo, afligiendo tu ánima, atando tus manos, abofeteando tu cara, escupiendo tu rostro, y atormentando tus oídos, porque en el tiempo en que todos los miembros suelen descansar, todos ellos en Ti penasen y trabajasen.

¿Qué mayor crueldad que desde la hora de la pasión hasta el punto de la muerte no darle una sola hora de reposo, sino añadir siempre dolores á dolores y tormentos á tormentos? Uno le prende, otro le ata, otro le acusa, otro le escarnesce, otro le escupe, otro le abofetea, otro le azota, otro lo corona, otro le hiere con la caña, otro le cubre los ojos, otro le viste, otro le desnuda, otro le blasfema, otro le carga la cruz á cuestas, y todos finalmente se ocupan en darle tormento.

De que lloras, Marimarta? quien te ha abofeteado?

Viviendo marido y mujer como perro y gato, a causa de haberse casado muy contra su voluntad, viniendo un día a tal extremo, que el marido la hubo de abofetear, y como ella supiese que en días pasados había muerto un vecino suyo, sin nadie haber sentimiento de ello, empezó a desentonarse [...].

Y aun si quieres concebir más justa indignación contra ella, acuérdate que los vicios y pecados que della procedieron, fueron los que crucificaron á tu Dios y Señor, y los que lo azotaron, y abofetearon, y escarnescieron, y coronaron, y dieron á beber hiel y vinagre, pues está claro que si no hubiera pecados de por medio, no había por qué padescer lo que padesció.

¡Oh Jesús dulcísimo, lumbre de mis entrañas! ¡Oh mi buen Jesús crucificado, Hijo de Dios verdadero y suma Verdad eterna, cómo te quisiste humillar y dejarte prender con tanta paciencia, y con tanta benignidad atormentarte, y te dejaste atar las manos, escupirte, abofetearte, arrastrarte, azotarte, coronarte y deshonrarte y crucificarte aquí en la cruz, de una manera tan deshonrada y con tantas penas y dolores! Por lo cual, mi amor y buen Jesús, te ensalzó tu Padre eterno y te dio un nombre sobre todos los nombres, que es Jesús *.

/ El germano Martín le despedaza; / Arrio, Sabelio, Helvidio y Joviniano / siguen de Cristo la homicida caza; / Calvino, el de Pelagio y Nestoriano / como tras fiera van tras él a caza: / quién toma pierna o pie, quién brazo o mano; / denuncia guerra Acab contra Miquea, * / y Malco a Dios de nuevo abofetea.

4. Estas tempestades y trabajos ordinariamente envía Dios en esta noche y purgación sensitiva a los que, como digo, ha de poner después en la otra, aunque no todos pasan a ella, para que castigados y abofeteados de esta manera se vayan ejercitando y disponiendo y curtiendo los sentidos y potencias para la unión de la Sabiduría que allí les han de dar.

Cuando yo moría, cuando yo daba mi sangre y perdía la vida, cuando como a ladrón me azotaban y me escupían como a infame, me coronaban como a Rey tirano, me abofeteaban como a blasfemo, desnudaban como a loco, entonces pagaba yo lo que no había robado.

[...] oh caridad, que robaste al cielo, repelaste al cedro de Ezequiel, y sacaste al Verbo del seno del Padre, y le transplantaste en el vientre de la Virgen, su Madre, y de allí le arrebataste, y primero le arrastraste y azotaste y abofeteaste y escupiste y a la postre le crucificaste, y su alma le arrancaste y con ella en los infiernos entraste, y con ella como con cebo a los sanctos de allí sacaste [...].

Pusiéronle assí mismo una corona de hiervas espinosas en la cabeça, repeláronle los cavellos y hiziéronle muchos malos tratamientos, escupiéndole y abofeteándole, y diziéndole palabras de oprobios y denuestos; todo lo cual pretendían hazer en la persona de Jesucristo.

¡Desventuradas de vosotras, no conocéis qué vida es la vuestra! Deshonradas, corridas, afrentadas, sujetas á hombres malvados, crueles; hechas sus esclavas, que os venden y empeñan, y abofetean, y acuchillan, y acocean, y matan.

Después sacaron al beneficiado Pedro de Ocaña y á su sacristan, y en presencia de las mujeres cristianas, que habian llevado para que viesen aquel espectáculo por darles mayor dolor, arcabucearon al beneficiado; y cuando estuvo muerto, entregaron á su madre, que era ya mujer mayor, á las moras que las matasen, diciéndole: «Anda, perra, vete con tus amigas; que ellas te darán carta de horra.» Las cuales la tomaron enmedio con gran regocijo y la llevaron á un barranco; y cuando la hubieron mesado, abofeteado y dádole muchas puñadas, la hirieron con almaradas y cuchillos, y antes que acabase de espirar la echaron del barranco abajo, yéndose siempre encomendando á Dios y á su bendita madre.

Desventuradas destas mujeres que no conocen la vida que traen, deshonradas, corridas, afrentadas, sujetas a hombres malvados, crueles, que las venden y empeñan, abofetean y acuchillan y acocean, y afanan para que ellos jueguen, se embriaguen y vistan, traídas de unas partes en otras, y trasegadas por estos recueros del infierno.

¿Queréis ver más claramente la causa del trueque de nuestros tahures? Advertid lo que sucedió a San Pedro, por entrar en casa de un mal pontífice, donde no había verdad, y conoceréis de camino como cuando Cristo, verdad eterna, entró en esta casa, y en la de Pilatos: ya la abofetean, ya la cubren el rostro, ya la azotan .

Y lo que yo voy diciendo de falta de voluntad y querer que en lo de afuera puede tener esta tal persona, también parece que nos lo muestra san Pablo en aquellas palabras que dice: Datus est michi stimulus carnis, qui me colaphizet; un demonio que me abofetea.

Si es algo material, bruma a todos, abofeteando y ofendiendo con impertinencias el blanco rostro de mucho papel.

Y lo peor, que no procuramos con alguno el arrepentimiento, y así el daño venidero no reparamos, y los males presentes quedan sin enmienda y castigo, y por esto el que puede tomarla de sus injurias, ha dado lugar a los hijos de la soberbia y a los hermanos de la ambición y vanagloria, y a los padres de todo mal ejemplo, y a los inventores de toda prestita condenación, que entren por nuestro reino de Hungría matando los inocentes, despedazándolos sin culpa, corrompiendo las vírgines, forzando las casadas, afrentando las viudas, agraviando los huérfanos, violando los divinos templos, acoceando los cultos, cruces e imágines celestiales, abofeteando los sacerdotes y poniéndolos en sujeción vilísima, y martirizando los perlados y haciendo renegar las dignidades, no dejando por eso de convertir con persuasiones falsas a su diabólica y condenada seta las tristes mujeres y a los de mísero y flaco ánimo, con los infantes desventurados que a las desdichadas tetas hallaban mamando.

Desnudaron al beneficiado Marcos de Soto y al sacristán Francisco Núñez, y en la iglesia sentados donde predicaban y leían el padrón, los abofetearon y con navajas cortaron en pieças, començando por los dedos de los pies.

Chicos y grandes, de tropel arremetieron a mí: los unos me daban de coces; los otros, de puñadas; estos me tiraban de los [pag. 82] cabellos y aquellos me abofeteaban.

■ [...] muchos destos son conpuestos con a, i rre,ia de nonbre, ia de verbo, como abofetear, apedrear, apalear, rrefriar, rrepetir, rrepasar, rretocar, i sin conposizion algunos: bovear, borrachear, bavosear, i tienen parte de aumentativos.

¡Gran cosa! que este Rey no se fiasse de sus Profetas, que hiziesse diligencias por vn varon de Dios, que embiasse por el, que le oyesse, que no se contentasse con la primer respuesta que le dio a su gusto, que le conjurasse por Dios, que le dixesse la verdad, todo a fin de despreciar con mas requisitos a la verdad, y a Dios: abofetear al Profeta, meterlo en prisiones, sin piedad, ni respeto.

Porque como dize Iubenal) si se dispone a ponerse galana y a lo que dizen de veinte y cinco alfileles para algún día de Pasqua acompañamiento de boda vistas y visitas aviéndose tendido el cabello para el efeto esta sobervia como demonio si se desmanda un cabello y de todo hecha la culpa a la criada y no sólo con palabras altas coléricas y sobervias, mas abofeteándola dándola de puñadas y bocados la aflige lastima y maltrata.

[...] con que con todo miedo se retiró, y últimamente vió cuatro hombres conocidos en Valladolid, portugueses, que comenzaron á escupir y abofetear un Santo Cristo que estaba en un altar [...].

[...] saue este testigo porque lo a hoido desir generalmente que iso mal tratamiento a los honbres que con el fueron a Jumanas, que cada dia los queria abofetear y a palear, y que tanbien a oido dezir que la noche que se huyo el d icho Juan Domingues le dijo a vn criado suyo llamado xp istoual que quidase muncho de su mujer y de la cassa porque a el lo llamaba el p adre fr ay Nicolas Lopes que fueze al Paral a reseuir el oficio de gou ernador y capp itan gen eral [...].

Bajava del Cielo San Pablo, y açotado con rigor de sus ermanos, abofeteado de Satanás con fiereza, perseguido, apedreado, afligido, ocupado, y orando de continuo, sino peligra, teme, y tiembla que su candor no se manche: Propter quod ter Dominum rogavi. 2. Cor. 12. 8. Y queremos nosotros, que entre tantos continentes de puro estado, y de fuerza, no aia muchos incontinentes de corazón, y de afecto? Digo que es mucho querer.

Estos son mis pecados, que desfigurándome la vejez, la enfermedad o la muerte, en viéndome pedir limosna, y enterrado en los calabozos del olvido, V. E. verá adorar a mi estatua y a mi memoria los mismos que hoy la escupen y la abofetean.

A vista de tal catastrofe resultó otro maior en mi pobre cuerpo, pues desvelados todos y saliendo de sus camas, unos me pellizcaban y abofeteaban, otros me blasfemaban y abominaban, y todos jugaban conmigo a adivina quien te dio, siendo una verdadera representacion de Cristo en el pretorio y columna.

/ Pero os juro que aunque osado / lleguéis hasta abofetearme, / no haréis que por causa alguna / la espada más desenvaine.

Que los héroes por más héroes que sean, también tienen sus tretas, Puede ser atormentado el Rey por la presencia de su propia hija doña Urraca, á quien hizo infeliz casándola contra su inclinación con el enorme animal del rey D. Alonso de Aragón que, como ella misma dice, era un fantástico y cruel tirano, que no solo la había quitado la honra, sino que la abofeteaba y daba de puntapies y que era sacrílego y supersticioso, que creía en adivinanzas y agüeros de los cuervos y cornejas y que huía avergonzado de tratar con hombres sabios [...].

Sentí impulsos de abofetear a ese hombre.

«Vuestros padres os dijeron: ojo por ojo y diente por diente, y yo os digo: al que os abofetee en la mejilla derecha, presentadle la izquierda; vuestros padres os dijeron: no manchéis con la concupiscencia el cuerpo, y yo os digo, ni el corazon ni el pensamiento; vuestros padres os dijeron: amad á vuestro prójimo y odiad á vuestros enemigos [...].

Vuela desde Cádiz doña Luisa Carlota a La Granja, reconviene cariñosamente a Cristina por su generosa debilidad, habla al corazón del rey despertando sus sentimientos de esposo y padre, le expone la intriga con que se ha abusado de su pasada postración, hace comparecer a Calomarde, le reprende enérgica y le abofetea airada, y el rey decide revocar el codicilo del 18, cuyo original rasgó la infanta Carlota.

El pueblo se gozará en abofetear tu cabeza.

Esta errada creencia aumentó el número de pretendientes de María, que esperaban hallar en ella una fácil conquista; y los celos de Cebada se alarmaron, hasta el punto de abofetear a la actriz en el vestuario una noche en que la vio recibir de manos del marqués de C*** un precioso ramillete.

D. Juan se sintió tan herido en su dignidad, que, no siendo posible contestar a aquel insulto sino abofeteando a D.ª Romualda o callando, optó por esta segunda fórmula de su desprecio, y calló.

Ganada la batalla por Gonzalo, Benito Suárez de Carbajal, hermano del factor Illán, encontró en el campo al virrey, cubierto de heridas, y después de abofetearlo, je hizo cortar la cabeza por un negro, la condujo arrastrando a la cola de su caballo hasta la plaza de Quito y la colocó en la picota.

¡Cuán difícil me es pintar lo que pasó dentro de mí aquella noche! Si alguien ha visto la muerte delante de sí y ha abofeteado sin respeto ni pavor la imagen del tránsito terrible, para echarse después llorando en sus brazos y decirle: «Vamos, vamos de una vez», comprenderá lo que yo padecí.

Alargó su mano hacia mí, como si me quisiera abofetear; después hizo un gesto de señor que despide a un vil esclavo.

»Te adoro, y ni Dios podrá hacer que yo pertenezca a otro. Eres mi dueño y puedes abofetearme, puedes matarme si me porto mal. /

Desde que él logra pisar el umbral de Palacio, los tambores de la Guardia abofetean a algunos paisanos, se cruzan palos, puñetazos, coces, y varios jóvenes distinguidos vierten en las calles su sangre preciosa.

Un día el bárbaro esposo la abofeteó públicamente.

Si te castiga de obra, sufre en silencio; si te abofetea, pon la otra mejilla; pero si con palabras insidiosas o con cariños diabólicos quisiera introducir en tu mente alguna idea herética, cierra tus oídos, huye de él en espíritu.

Hallábase en disposición de abofetear a todo el género humano, porque las malas digestiones exacerbaban su carácter agrio y despótico.

— ¡Maldito de cocer! exclamó furioso el Tío Martín, abofeteando de nuevo a su desdichada víctima, que entre sollozos dijo [...].

Ejerció algún tiempo la medicina en San Gil, cerca de Nimes, y en Arlés, donde se declaró grande enemigo suyo un predicador jesuíta llamado Rampala, el cual, en vez de asistir a una conferencia teológica que tenía aplazada con Sacharles, pagó a un sicario para que le abofetease en público.

Yo la abo... la abofeteo, porque pu... pu... puedo y me da la gana... Soy su marido.

Para de lo Interior y Relaciones exteriores no le había de faltar un vellón de lana denominado Manuel Gómez de la Torre, conde de Puño en rostro, como abofeteado por García Moreno; y marqués de la Saliva, como escupido en la cara por ese mismo jayán.

Ya no es la raza semifeudal y caballeresca de Hohenstaufen la que persigue a la Iglesia: son gentes como Nogaret, legistas prosaicos, ergotistas secos y sutiles, que en vez de armas se valen de argucias; y con tales auxiliares, la estirpe de los Capetos, que produjo a San Luis, ahora abofetea y prende a Cristo en la persona de su vicario, y segunda vez le escarnece y da hiel y vinagre por bebida; Francia, la nación güelfa, deja atrás a la gibelina Alemania, y el descendiente de Carlos de Anjou, el flordelisado, como le llama Dante con enérgica ironía, ultraja al Pontífice en Anagni.

[...] y ¡juicios misteriosos de Dios!, el pedazo de la punta rebotó clavándose en el antebrazo del dominico, que olvidando la mansedumbre a que por sus votos y condición estaba obligado, se dejó arrebatar de la ira hasta el punto de abofetear a un honrado y respetable anciano.

A pesar del aplomo de buen género que creía Josefinita poseer, se vieron a la claridad del gas sus ojos prelados de lágrimas de orgullo y su tez encendida, como si la abofeteasen.

Abofetear a una mujer, yo, qué vergüenza, Dios eterno, qué vergüenza, agregó hundiendo la cabeza entre las manos, ¡hasta qué punto he podido descender!

A veces me desprecio tanto que digo: «¿no habrá un cualquiera, un desconocido, un transeúnte que, al pasar junto a mí, me abofetee?».

Un día que tío y sobrino se deportaban, según costumbre, a cuatro o seis leguas de distancia de los Pazos, habiéndose llevado consigo al criado y al mozo de cuadra, a las cuatro de la tarde y estando abiertas todas las puertas del caserón solariego, se presentó en él una gavilla de veinte hombres enmascarados o tiznados de carbón, que maniató y amordazó * a la criada, hizo * echarse boca abajo a fray Venancio, y apoderándose de doña Micaela, le intimó * que enseñase el escondrijo de las onzas: y como la señora se negase, después de abofetearla, empezaron a mecharla con la punta de una navaja, mientras unos cuantos proponían que se calentase aceite para freírle los pies. *

— Pues le abofetearé en la calle —dije sordamente, estrujándole el brazo.

Quisiéramos asimismo que España, desangrada y abatida por el liberalismo, tuviera bríos y pujanza, como en los buenos tiempos de su cristiana fe, para arrojar con ignominia de los Estados Pontificios al Gobierno apóstata, sacrílego y usurpador que conculca nuestros derechos, atropella nuestra libertad, nos insulta y escarnece en la persona sacratísima de nuestro Santísimo Padre, Cabeza visible de la Iglesia santa; y a lo menos, y por de pronto, queremos ofrecer a nuestro Padre lo que somos y valemos, partir con El nuestra pobreza, protestar contra el inicuo latrocinio y clamar un día y otro por que se libre a España de la vergüenza de tener un embajador en la corte del detentor sacrílego; baldón afrentoso, oprobio insufrible, para quien rodeó toda la tierra y triunfó en todo el mundo siendo campeón de Jesucristo y brazo de su Iglesia, tender y dar mano amiga a los sayones y verdugos que los despojan, abofetean y ponen en prisiones.

No concedían aquellos señores formales que en este mundo se hubiera oído cosa mejor que la Merlatti... ¡Y qué carnes! ¡Y qué trato! Era más alta que cualquiera de los presentes, blanca como la nieve, suave como la manteca y de una musculatura tan exuberante como bien contorneada; montaba a la inglesa, tiraba a pistola, y había abofeteado en medio del paseo a la Tiplona, su rival la Volpucci, que también tenía sus aficionados.

Si al ver a Rojo humillado sentía cierta compasión, cuando Rojo se crecía y se revolvía contra la sociedad, a seguir su impulso, le hubiese escupido y abofeteado.

Las rachas al pasar rozaban la cara del buzo y éste, en su terror y desesperacion, se imaginó fantasmas de náufragos que lo abofeteaban.

— Cállate —gritó Cruz con arranque de ira, poniéndole la mano en la boca con tanta fuerza, que parecía que le abofeteaba.

Cuando Montesa abofeteó a Marcante, Marcelo alejose con timidez.

Si era cubano hubiera tenido gusto en abofetearle; si era peninsular, le llamaría embustero, se batiría con él, cuando quisiera y como quisiera.

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Conforme los altercados aumentaban en cantidad aumentaban también en acritud; salían las frases que no deben salir nunca; las que hieren el oído y abofetean el rostro; las ofensas embozadas con que nos echamos a la cara nuestros defectos, con una precisión tal, que no parece sino que nos hemos complacido en ir descubriéndolos y almacenándolos traidoramente, a fin de lanzárnoslos en los instantes del combate más desconsolador que existe, el combate entre los diversos miembros de un solo hogar, y con especialidad, los altercados de los padres, ésos que se escuchan tras de las puertas y ponen meditabundos a los hijos.

Cruzado de brazos el Duque, miró a su primogénito fijamente, reprimiendo las ganas de abofetearle.

Pararon en casa de la Polonia, y de allí fue Pío Cid a la del notario, a quien halló con su mujer, que era una señora algo basta, pero muy guapetona, y con don Cecilio, el maestro de la escuela, comentando la elección, satisfechísimos porque don Carlos había entrado en Seronete echando sapos y culebras, había abofeteado al alcalde por inepto y había dicho que iba a prender fuego al pueblo por los cuatro costados; lo cual indicaba claramente la derrota de los Cañaverales y la importancia decisiva de los veintisiete votos que sin gran molestia habían reunido los amigos de Pío Cid.

Se vanaglorian de no arrodillarse en una iglesia, y lamen las alfombras de un palacio; se yerguen ante un obispo, y se doblegan en presencia de un alguacil; se sienten capaces de abofetear a Jesucristo, y carecen de hígados para sofrenar a un portero.

— Pues los míos, ¡re-contro!, son los otros —gritó la moza con ronca fiereza, agitando las manos tan cerca de la cara del cura, que éste creyó que le abofeteaba—.

La artista se estremeció, como si despertase. Relampaguearon sus ojos con ira, y sin dejar por esto de sonreír, levantó amenazante la mano, con todo su fantástico brillo de pedrería, como si fuese a abofetearle [...].

Se dice también que Don Bernardo viene á sincerarse ante el Ejecutivo de ciertos cargos que se le hacen; otros aseguran que fué llamado para amonestársele por la conducta poco decorosa que observó abofeteando á un ebrio á las puertas de una cantina de Monterrey y aún se agrega que él tratará de explicar su proceder, manifestando que no pudo dominar sus impulsos al oir que de la boca de un ebrio descamisado salia su apellido precedido de un ¡MUERAAA! [...].

Alicia se jactaba de haber abofeteado en público a la querida de su marido (eran sus palabras).

Así, la mujer que ofrece amor a Jesús, en tanto que los hombres le prodigan odio; la mujer que para escuchar los salvadores preceptos le sigue por arenales y rocas; la mujer que valerosamente le confiesa, cuando un apóstol le vende y otro le repudia; la mujer que en la vía dolorosa le enjuga el sudor y la sangre, al mismo tiempo que sayones le escupen y le abofetean; la mujer que en el suplicio le acompaña y le consuela, mientras los discípulos le abandonan y hasta el mismo Padre le desampara, no recibe del sacerdote más recompensa que el insulto, los anatemas, la servidumbre doméstica y la degradación moral.

El juez le abofeteó durante un interrogatorio, y Salvatierra, que de joven se había batido en las insurrecciones del periodo revolucionario, limitóse, con una serenidad evangélica, a pedir que pusieran en observación al violento juez, pues debía sufrir una enfermedad mental.

Cuando la Infanta Casandra venía al aprisco, y con sus propias manos ordeñaba las ovejas, yo deseaba haber conquistado un reino, para que no se burlase de mí y no me abofetease si la cogía por la cintura.

Nadie se atrevió a abofetearlo, a pesar de que era la costumbre, porque su sueño apaciguaba con su inmensa blancura.

Igual ofensa hizo otro día a su gentilhombre don Alonso de Córdoba, hijo del marqués de las Navas, abofeteándole también porque no acudió presto a su llamada, y diciéndole que seis meses iban ya que ardía en aquellos deseos, y justo era que al cabo saliera con su gusto.

Si alguien en ese momento hubiese propuesto cesar su martirio, de seguro le habrían abofeteado.

Y porque la grandeza de las revelaciones no me levante descomedidamente, me es dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.

El artículo me produjo una cólera profunda y determiné insultar y abofetear a Machín la primera vez que lo encontrara.

■ Al fin, hálito cristiano me inspiró en aquella hora, y la estrofa que otras veces abofeteara a los oídos, se retorció en un gesto de insultador.

Abofeteó e injurió a Galán horriblemente.

Pero ella exclamó: "¡Qué palabras tan abominables dice este hombre!" Y le abofeteó con tal furia, que retembló toda la sala.

Pero ¿qué entendimiento llegaría a conocer, qué lengua podría expresar, qué pluma sabría describir el dolor de una madre la más amorosa de todas las madres, viendo a un hijo el mejor de todos los hijos preso de noche cual vil criminal por la traición de un apóstol, abofeteado y escupido por la chusma, que mofándose de su realeza y creyéndole hombre sin juicio [...].

Más aun: suponed que, pasando de las palabras a las obras, los impíos persiguiesen a los buenos, no dejándoles profesar la Religión; abofeteasen a los sacerdotes, asesinasen a los obispos; ¿tendríamos motivo para extrañarnos y perder la fe? Todo lo contrario; sería todo eso confirmación de ella; porque expresamente dijo Jesucristo: Si fueseis del mundo, él os amaría como cosa suya; pero como no sois del mundo, sino de Dios, os odiará; pero acordaos que también a mí me odió; os calumniarán, os perseguirán; seréis objeto de odio a todos por mi causa.

Más de una vez, cuando ella era pequeña y él un chicuelo, la había servido de caballo, trotando por el viejo estudio llevando a la espalda aquel gran diablo, que le tiraba del pelo y le abofeteaba con sus manecitas.

Se reían de él, poniendo en las burlas tal cinismo y tanta injusticia, que el muchacho se alejó, porque le parecía poco abofetearlos y demasiado hacerles ver su dolor sincero, que ellos no podían comprender.

Habría abofeteado a Muelita.

Siente uno la impresión, al ver esto, como si le abofetease alguien, como si le hollaran a uno algo inestimable.

La carta en que el Conde daba cita a la señora Hughes se desprende de entre las ropas ésta, enterándose así casualmente el Embajador de la perfidia del falso Conde, al que abofetea en su misma casa.

Cerrando el puño, hizo ademán de abofetearme, miró hacia donde Alicia dormía y me sacudió con un cosquilleo.

¡Paco, tus sicarios no tienen derecho a escupirme y abofetearme, y vengo a pedir un castigo para esa turba de miserables, y un desagravio a la Diosa Minerva!

Es lo de aquel indigno oficialete de E.M. que actuando en 1917 de verdugo espontáneo, abofeteó al diputado Marcelino Domingo estando maniatado.

Entre ellas un policía llamado Luis, un hombre cínico y cruel que se jactaba de abofetear a los presos.

— ¡Yo! —exclamó doña Bárbara, enrojeciendo súbitamente, cual si la hubiesen abofeteado—.

Y de aquel mismo hombre abofeteándole cobarde, canallescamente, mientras de sus labios salían las palabras más ofensivas.

Camarada: / Cuando estás delante del poderoso, ¿por qué tiemblas? Todo poder viene de ti. ¿Por qué no le escupes? ¿Por qué no le envileces con su misma pequeñez? ¿Por qué no le abofeteas? / ¿Sabes que él esté hecho de otro barro que no sea una poca cosilla de miserias y vergüenzas? /

De buena gana le hubiese abofeteado, como hacían siempre con el traidor las heroínas de Jorge Ohnet, * pero le contuvo un recuerdo lejano: Fermín había sido compañero suyo de colegio (Escuelas de San Juan Nepomuceno; fundadas bajo la advocación de San Emiliano en el siglo xvii ; edificio revocado en 1918) y ya es sabido que todo hombre se siente débil ante una persona que le recuerda la infancia.

Fabrica revoltosos y los encarcela; incita a la depredación y remata la finca del chacarero en desgracia; pone una corona en la frente del artista y lo abofetea; con la mano derecha le paga decenas de millares de pesos por su obra y con la mano izquierda lo amenaza con quitarle el pan.

Mandó que le esposaran, y allí empezó a abofetearle en medio de risotadas de sus agentes.

Oro y púrpura, madera fina y mosaicos, mármoles y coronas relucientes, luces en profusión; todo eso hay adentro y todo eso está abofeteando las mejillas desangradas del pobre judío, que agobiado se está ahí, muy cerca de la puerta principal, como diciendo: ahora nomás me voy.

[...] pero no le negaba el sádico placer, pues ella también lo disfrutaba intenso al verlo humillado, hasta el extremo de arrodillarse ante ella, varias veces, pidiéndole que lo abofetease.

El fantasma de las aguas nos abofeteó hasta que finalmente nos hundió en la corriente principal, desguareciéndonos de todo, salvo nuestras armas y equipos de campamento, que estaban amarrados a la balsa.

De buena gana la hubiese abofeteado, para aplastar la irritante sonrisa burlona que le entreabría los labios.

En uno de sus caminos, Changó abofetea a su madre Yemayá; arrojado del hogar roba la casa y derrocha el dinero con la magnanimidad de un tahúr.

El último tiempo de la vida humana, la senectud, se ejemplifica en Diego Laínez, el padre de Rodrigo, y en aquella escena segunda del acto primero en que regresa a su casa abrumado por el pesar de la ofensa recibida del Conde Lozano, que le abofeteó ante el Rey.

Mercedes había sentido deseos de abofetearla.

Tía Angustias vino tan de prisa hacia mí, que cerré los ojos con un gesto instintivo, como si tratara de abofetearme.

(José la mira atónito. Palma espera una palabra. No la recibe y lo abofetea. Cae después en una crisis de llanto.)

¡Qué fatigas pasé! Yo estaba loco, extenuado, lleno de indignación; me abrazaba al cuello del toro, llorando, y lo abofeteaba.

¡Cuán lejos estaba de los héroes que la entusiasmaban en las novelas y de los criminales cuyos hechos registraban los periódicos! Cualquier noche lo abofetearía como a un lacayo.

Y la canalla riente le apunta con el dedo: los chiquilines lo corren a tiros de honda; lo abofetean y escupen los malevos de las esquinas; a su paso viejas desdentadas le vacían sus orinales en la cabeza.

Hace apenas tres semanas presencié en Viena una banda azul de Coblenza abofeteado por un mozo de comedor.

¡Con qué gusto le abofetearía!

Así como dar bofetadas o de bofetadas a una persona significa "abofetearla", ponerla de vuelta y media equivale a "insultar"; subirse a la parra significa "encolerizarse"; y tomar el olivo , "huir".

Y rápidamente levantó la mano para abofetearme.

María(Abofeteándola.)¡Bruta!

Había pronunciado palabras provocativas e irritantes, tratándose de un hombre, le hubiese abofeteado, sin más.

Según el color de los días, les hablarían del anhelo de evasión, de las ventajas del suicidio, de la necesidad de abofetear cadáveres o de disparar sobre el primer transeúnte.

(La abofetea. Amalia lo soporta impávida, sin pestañear, altiva.)

Traté de reducir la exorbitante cantidad de esclavos del palacio imperial, y sobre todo su audacia, que los llevaba a considerarse los iguales de los mejores ciudadanos, y a veces a aterrorizarlos; cierto día uno de mis servidores interpeló con impertinencia a un senador; mandé que lo abofetearan.

Y yo sentí como si me hubiera abofeteado.

Allá quedaba Bernardo con la vieja —qué mal le sentó lo de «vieja»— y con aquella muchacha a quien le hubiera gustado abofetear, vengarse, quebrarle la estúpida seguridad.

O que a quien nos abofetea, basta con sonreír al tiempo de ofrecerle, aun sin sangre, la otra mejilla.

El Cardenal, histérico ante tamaña firmeza de alma, abofeteó al Gran Baro.

"Tú ya has humillado al Lleras —le contesté en voz alta—. ¿No lo ves? Hace muchos días que no impera como antes, que no abofetea a los chicos. Grita, rezondra y amenaza; pero no tiene valor para tocarnos. Mejor que no peleaste. Le has puesto un bozal sin haberle derrotado."

[...] y por eso nunca me perdonó que cuando se murió mi madre fuera a buscarlo a la oficina aquella, musgosa y escondida, a pedirle dinero para el entierro y él sólo sintiera que allí no estaba a la mano una sola de sus justificaciones, que allí era empleado inferior que no podía fornicar con los archivos ni emborracharse con la electropura ni abofetear al jefe por un quítame allá esas pajas [...].

Me hubiera gustado abofetear a mi primo y decirle: "No, tú no, pequeño farsante, malvado egoísta, tú no lo puedes ser..." Manuel, era el único y verdadero hijo de Jorge.

Y aquí en La Habana, ¿quién abofeteó en plena calle a Madelón la francesa? ¡Y hablan de Francia! Mujeres de sangre, las que dan mis montes, y, de todas, la primera yo.

Aura .(Abofeteándola.)— ¡Estúpida! ¡Vieja bruja! ¡Yo no soy Blanca Emilia!

A causa de un incidente sin importancia abofetea a un marino inglés.

De modo que si Olga abofetea a una monja en la Rambla, automáticamente el pobre Santi y con él todos los pobres Santi que hay en Gerona, y los hay a montones, descubren no sólo que las monjas pueden ser abofeteadas, sino que debe de ser higiénico hacerlo, una medida de seguridad.

La mano artrítica abofeteó el rostro despintado y los bucles teñidos cayeron sobre los ojos de Lilia.

Las rojas mejillas de Zanobbi Sartorio me indicaron después que su maestro lo había abofeteado, pero jamás comentamos el incidente.

Luego volvió a la realidad: el Boa tenía a Paulino contra el suelo y lo abofeteaba, gritando, "me mordiste, cholo maldito, serrano, voy a matarte".

Con su mano libre se abofetea la cara la mayor parte del día, y en los momentos libres abofetea la de los demás, que se lo retribuyen por triplicado.

(Lee) "Bob abofeteó a la chica de la farmacia"

Me pareció que descendía con lentitud infernal: temía que ella llegase antes por la escalera, que me esperase abajo para abofetearme por habérselo ocultado.

Pradere sintió que lo habían abofeteado.

Apenas si llegó a tener conciencia de las largas horas enfebrecidas que se habían acumulado aquí entre las tristes cuatro paredes de este dormitorio, y que tal vez algún día arroparon un sueño desamparado y enloquecido semejante al suyo: su primer impulso fue abofetearla.

Pensaban hasta que alguien los podía abofetear, porque a los quince años se es un hombre y se fuma mucho, pero cuando aparece un gerente y uno está besando a Cecilia a escondidas como que se retrocede y no todo lo que dicen los del barrio es verdad, eso sólo funciona cuando estamos todos.

En la sala de guardia te dijeron que cuando me iban a martirizar para que confesara mi nombre como quien confiesa el más atroz de los delitos, señalé mi boca y mis oídos, no, no entiendo, no oigo, soy sordomudo, y los vencí con mi debilidad, no me azotaron los puños de esos brutos porque ser sordomudo es igual a rajarse el abdomen: la mano amenazante del carabinero que estaba a punto de abofetearme cayó inutilizada.

En las cárceles hubo curas que abofeteaban a los condenados a muerte porque no querían confesarse.

■ Regalo todo aquel sedicente bien comer, abofeteando y dando de pescozones al renombre gastronómico de la corte famosa de hoy por las judías y las patatas en salsa de Maxi.

Sin despegar la cabeza de la almohada y con el dorso de la mano, diestramente, puesto que la penumbra era espesa, me abofeteó.

Venía por el pasillo central, el de en medio, ¿sabe?, por aquí, entre los asientos, ¿ve?, un pasillo central, ¿estamos?, talmente un sayón malo, de los que abofetean a Nuestro Señor en los pasos del Viernes Santo.

(Eso ya no. Ulises abofetea a Nausica, que cae al suelo.)

Lepprince abofeteó públicamente a su..., a tu mujer en el Casino del Tibidabo.

Entonces la abofeteé.

Tú quien me abofeteó en medio del baile nupcial.

Juan.—(Abofeteándola). ¡Eso es mentira!

"Porque soy el más débil, el más desvalido, aquel a quien se puede abofetear y pisotear sin ningún peligro."

Que te abofetea como si fuera un chulo y tú una mujer cualquiera, y te hace subir la cuesta de la Playa a trompicones, sintiéndote observada detrás de los miradores... Como que estoy por beber todo el chianti que pueda, porque si luego me tambaleo, podré irme a casa en cuanto acabe de comer y nadie se dará cuenta de mi borrachera.

Acabo de abofetear a un censor...

Go to hell. (La abofetea y le arrebata la carta. Anne llora inconsolablemente. El Inglés regresa a la sala).

Pero lo más curioso no es esto sino que "la timide Aricie", la "triste Aricie"es un energúmeno: se revuelca por el suelo, y hace gestos como de abofetear a su Hippolyte o de entregarse a él.

Don Federico procedió entonces a abofetearlo y cuando el dietista rodó por los suelos sobándose la cara lo llamó lo que era: desfachatado y publicista de homicidas.

QUINTANILLAA ver.. (Le abofetea)Muy bien... (Otra bofetada)Le encuentro perfectamente, Briones, como siempre...

Enterró sus uñas en las manos de Malvina arrancándoselas de sus hombros y la abofeteó.

En el transcurso de los diez últimos años, 1959-69, todas las noticias que me llegan lo confirman: ha propinado una soberana paliza a un joven cura en la escalinata de San José de la Montaña, después de oírle un sermón demasiado «rojo»; ha empuñado su vieja pistola de escuadrista en un ambulatorio del Seguro de Enfermedad, ante un médico que se negaba a recetarle penicilina para el hijo de una vieja prostituta amiga suya; ha zarandeado al director de un periódico que le había devuelto un artículo, le ha cogido de las solapas y le ha abofeteado en la Delegación de Prensa de las Ramblas, por lo que ha perdido definitivamente su empleo de censor.

[...] si Jorge moría antes de darme a mí la posibilidad de manifestarme, de actuar mínimamente, de representar un papel —aunque fuera escupirle mi decepción y mi desprecio en palabras terribles, aunque fuera abofetearle sin fin hasta que alguien me lo sacara de entre las manos—, si Jorge moría para siempre sin permitirme darle réplica ni entrar en el juego, la partida solitaria que había decidido jugar ya sin mí con la muerte, no habría entonces posible salvación ni posible huida [...].

(Le abofetea) ¡despierta!

La madre levantó iracunda la diestra para abofetearle [...].

Y usted no dude en abofetearle si lo repite.

■ No preguntó por precaución, pero como al final de la calle (por cierto bastante estrecha) vio una humareda, que casi abofeteaba al cielo, comprendió que "la doña" iba a ser achicharrada.

Durante esos días previos apenas si se le vio, y mantuvo sólo el contacto indispensable en el cuartel. Finalmente la psicosis irrumpió de modo violento, cuando en pleno comedor se levantó de la mesa y se dirigió a un compañero para abofetearle sin mediar palabra alguna.

MIRTILA¿Cómo se puede dar a un botón sin levantar primero la mano? (Le da a un botón y, con el brazo articulado, propina a Firmamento una bofetada.)Quítate el sombrero en la mía, Firmamento, que estás en la mansión del futuro. En él se darán bofetadas mecánicas con el mínimo esfuerzo.

FIRMAMENTOTe atreves a abofetearme usando la superioridad de la ciencia. Me parece un abuso ridículo.

María Rosa Buranello, de veintisiete años, fue acusada de abofetear, amenazar y escribir más de cien cartas al profesor, así como de haber se metido en la habitación de éste más de una noche con la intención de que se casara con ella.

OLIVIA.—¡Cristo! (Le abofetea).¡Eso es un pecado, Tom!

Lo era, pero tenía una energía rara que le contuvo varias veces de abofetearle, a pesar de que cuando estaba bebido, a lo largo de la noche, el alcohol le daba fuerzas colosales que debía aplicar, pero la voz de Lange le doblegaba imperceptiblemente.

A mí me dan ganas de abofetear todas las mejillas, todas las narices.

Ha abofeteado a sus hermanos varones y a los hijos [...].

DOÑA ANA.(Abofeteándolo.)¡Ladrón! ¿Quieres contagiarme con tu podredumbre?

— A veces me dan ganas de abofetearte, Juvenal.

Se las agarro con la diestra, y con la siniestra le abofeteo.

Begoñita estuvo a punto de abofetearle.

Marcos despertó cuando sintió que le echaban un cubo de agua fría por la cabeza y le abofeteaban las mejillas.

Marat saltó a su lado y le abofeteó.

El día que llegó Jaime a la casa con la novedad de que quería cambiarse el apellido, porque desde que su padre era senador del Partido Conservador sus compañeros lo hostilizaban en la universidad y desconfiaban de él en el Barrio de la Misericordia, Esteban Trueba perdió la paciencia y estuvo a punto de abofetearlo, pero se contuvo a tiempo, porque le vio en la mirada que en esa ocasión no se lo toleraría.

EDERRA.—(Se abalanza sobre Carlota y le abofetea)No mientas, zorra.

En cada una de sus inspecciones, hallaba una razón de enfado que aumentaba su saña: en ocasiones porque «el francés» no se quedaba pegado exactamente contra el rincón del fondo como se lo tenía marcado, otras veces porque estaba persuadido de que le miraba con guasa o con altivez; cuando sospechaba que su detenido quería quejarse a los superiores y denunciarle, le abofeteaba en el colmo del furor o le zurraba con su correa.

Hasta sentí su mano sobre mi cara abofeteándome sin piedad, llamándome canalla y mal hijo, que, sin ninguna compasión hacia ella, me había pasado la mañana en la calle como un gitano.

La cólera de La Foudre resonó contra las bóvedas de la guarida y no se calmó ni aun después de haber abofeteado meticulosamente a Fabulae Centum, ni siquiera cuando Spe Tantum Relicta se ofreció a ser torturada en lugar de Ignorantia Destra.

Constanza se veía abofeteada por un pagano cruel y sanguinario, pero de rostro viril y bello, donde la maldad de los ojos aumentaba el atractivo de su gallarda postura, pese a sus esfuerzos por imaginárselo viejo y repugnante.

JUANA.—¡A la Reina de España!

(ISABEL abofetea a JUANA) [...].

Y, para terminar, aquella que con tanto arte abofeteó a sus vástagos, es la esposa fiel de nuestro comediógrafo, cuyos hijos afables nos contemplan como si fuésemos Gorgonas.

En otro, podía abofetear al mesero por considerarse incorrectamente tratada.

(Alberto lo abofetea en ambas mejillas. Oscar se agacha detrás de Nino y Alberto lo empuja por encima de Oscar, haciéndolo caer.)

«Un hijo de casa noble abofeteará al insolente que ponga en duda la virtud de su madre; sin embargo, él mismo no oculta que su abuela tuvo ciertos devaneos; y, en cuanto a su tatarabuela, si por ventura obtuvo favores de Luis XV su vanagloria es grande. De este modo la vergüenza de los nuestros, a medida que se aleja de nosotros, se convierte en gloria.»

Era la primera vez que me abofeteaban, pues mi padre no tenía costumbre de pegarnos.

Luciano se decidió a abrazarla desde atrás, oprimiéndole un pecho; Felipa se volvió con el brazo en ademán de abofetearle, pero él se alejó ágilmente, con picardía, mientras unía sus labios como si fuera a lanzarle un beso; ella no pudo evitar tener que sonreírle.

Salvando las distancias, imagino el brutal sufrimiento moral que podría significar para un padre el ver cómo sus hijos le abofetean, insultan, hieren e injurian...

Barrunta que de aquí solamente va a salir para el hoyo; y tú, a tus nueve años embebidos y flacos, te quedas ida pensando que la muerte debiera tener cara, como el judas de Semana Santa, para escupirla, abofetearla, tiznarla, alancearla, quemarla y aventarla.

Este Schátov tiene tal fe en la bondad del hombre que cuando alguien lo defrauda, lo abofetea en público como a Stavroguin o le escupe a la cara, como a Verjovenskii.

[...] y a pesar de todo y a pesar de los ya citados como Emiliano o los Flores Masón también hay que olvidarlos pues no necesitamos del culto a la personalidad para escribir una nueva y límpida Historia no necesitamos mitos para construir un futuro válido ni Bolívares ni Zapatas ni Lópeses ni Péreses ni estatuas ni monumentos sería un error y la Historia —viejaputa— no perdona error cometido y está siempre ahí para recordarnos para abofetearnos para escupirnos a la cara nuestros falsos héroes de pacotilla forjadores del presente merecido padroles de la patria en manos del partido llamado revolucionario e institucionalizado por la fuerza y sobre la sangre del Pueblo el único en quien la Historia confía y yo también [...].

Sigmund abofetea violentamente a Carlos que enmudece.

Cristina la abofeteó fríamente, con dureza, hasta conseguir reducir sus alaridos.

Creí que mi papá me iba a abofetear o agarrar a cinturonazos; sin embargo, lo primero que hizo entonces, fue decir una frase que con el tiempo se convertiría en una especie de estribillo que acompañaba todos sus malos ratos.

Bene estaba junto a mí jadeando y fingiéndose sobresaltada después de abofetearme con odio, pretextando que era necesario para sacarme de aquel trance.

Acto seguido le abofeteó con la mano libre del derecho y del revés, tratando ostensiblemente de humillarlo, poniéndole luego la pistola debajo de la barbilla.

Sólo se le ocurrió abofetear al bufón de Wilkinson, y estuvo a punto de rematarlo a patadas después de tirarlo al suelo.

Ella, bajo una crisis nerviosa, adquirió fuerzas y Abad le abofeteó el rostro, y por la fuerza la metieron en un calabozo.

Lo abofeteó y lo condujo a una estación de policía.

Pretendía que no era justo que la noche de bodas yo la abofeteara...

Pensé que la próxima acción de mi madre no sería verbal sino que me abofetearía en plena cara en plena calle —mejor dicho, en plena plaza.

Pacho abofeteaba a Tina y era sujetado con dificultad por Llombera y Juanito Garfín.

El ama la abofeteaba, enardecida, y su cara se hacía añicos, como un espejo.

— ¿Y eso te parece una gran noticia? —y deseó abofetearle—.

Costó horas de focos de luz, de hacerle crujir los huesos, de abofetearle con extrema dureza.

Luego abofeteó al criado, que se había orinado en el uniforme.

Cleopatra la abofeteó con un odio que restituía la majestad en forma de tiranía.

(Abofetea a Evelia).

Discutí con él y me dio un puñetazo en el mentón, escondido detrás de una secretaria, y yo, por supuesto, no me aguanté, le cogí por las solapas y le abofeteé.

La cosa es que la Audiencia Provincial madrileña ha denegado el procesamiento de un policía que había sido acusado de empujar y abofetear a Carlos Aguirre, un leguleyo.

Ama eternamente a Cecilia y ella le cuenta que la han abofeteado en su casa de Montescos y él le cuenta que su padre lo ha golpeado brutalmente en su casa de Capuletos y él dice la historia del Perú es una mierda porque, como en Shakespeare, se hizo íntegra para que nuestras familias se odiaran.

Pero no podía decirle a mi madre dónde estuve, al menos no con todas las letras; yo conocía su temperamento, lo que ella era capaz de hacer en su furia, su genio suelto; había visto, no hacía mucho, en una discusión doméstica con mi tío, que era todo un hombre, cómo ella lo abofeteaba sonoramente acentuando sus argumentos con una bofetada final.

■ ¿Todo? Todos adquieren un aire como de clamor: ¿y yo, y yo? ¿Dónde me pongo yo? Esas cosas accidentales que le abofetean a uno la existencia, esas visiones oblicuas de otras vidas, de otras suertes...

Su romance con una dama muy conocida, doña Guiomar de Castro, fue tan descarado, que un día la reina Juana la abofeteó en presencia de la Corte.

Julio le sujetaba ya las manos a la espalda y la abofeteaba con cierto método.

Allí Bucaram, según testigos, abofeteó a una persona que trató de impedirle el paso.

Por un momento parece dispuesta a lanzársele encima, a abofetearle, a arañarle, lo que sea—.

Una noche, en un burdel de Palermo, abofeteó a una prostituta porque era francesa y porque le había preguntado riendo si conocía París.

«Agradece que eres vieja. Si no fuera así te abofetearía. Si quieres ver libre a tu hijo tienes que pagar quince mil.»

■ En la adolescencia el suicidio se me antojaba una forma de venganza global con el gran inconveniente de que el vengador no podía saborear la pena y los remordimientos que su acto infligía sobre familiares, amigos y el universo mundo; pues bien, la literatura proporcionaba el medio de abofetear morros ajenos y de quedarse a ver la hinchazón resultante.

Le besé, movía la lengua dentro de su boca mientras saboreaba anticipadamente el momento de volverme hacia Ely, sumido allí abajo, en el suelo, y empezar a dar órdenes, a chillarle, trágatelo todo, perro, trágatelo, pero aquel momento no llegaría nunca, le abofetearía si una sola gota se quedaba fuera, pero nunca lo haría, porque Pablo me cogió por sorpresa, me izó de repente por debajo de la rodilla izquierda, me hizo girar bruscamente hasta colocarme enfrente de él, me soltó un momento para romperme las bragas, estirando la goma con la manos, y me obligó a montarle.

Nelson lo abofeteó con la mano abierta dos veces y el hombre se quedó quieto, inmóvil y empezó a caminar pasillo adelante.

■ Afuera, al otro lado de las verjas, los vigilantes de la Guardia Civil abofeteaban el aire con sus linternas.

Arrebatado de odio, quiso acabar con la reputación del local donde las dos mujeres se movían. Y lo hizo de la única manera que podía hacerlo: dejando que la J de corazones resbalara por su muñeca. Los dos magnates lo vieron y le abofetearon.

El 15 de diciembre de 1988, Jesús Fonseca, camarero afiliado a UGT, le abofeteó durante una intervención pública del ex ministro en Madrid.

Zsa Zsa Gabor fue considerada culpable el viernes pasado por el jurado de Beberly Hills que la juzgó de los cargos de conducir sin licencia, abofetear a un policía y llevar en su automóvil una botella de alcohol abierta.

— ¿Qué se dice en Estrasburgo o en Bruselas de escenas españolas como la de Ruiz-Mateos abofeteando a Miguel Boyer?

Tras el seco golpe de la cuchilla, el verdugo recogió la bella cabeza del cesto y, sujetándola por los pelos, la elevó ante los ojos del público y la abofeteó con violencia.

Eliseo fue hasta la redacción de la revista y lo abofeteó.

Abofetea a este ser pérfido que te ha humillado.

¿Qué quiere la vida de mí con este asedio? ¿Qué ocurre, que nada claro veo con este sol que me confunde? (Aparece el fraile.) ¡El Resignantino! (Malagana y Tudaño sacan la cabeza tras un soto. El fraile se aproxima a Cambicio, ya alertado, dispuesto a abofetearlo. Camina lento y encapuchado. Los dos siervos saltan con celeridad el seto y lo inmovilizan. Luego Malagana tiende su mano hacia Cambicio y éste comprende. Saca una moneda y se la entrega al Resignantino. El fraile, muy circunspecto, se la guarda, se persigna y se va.)

«Eso es relativo», dijo, y sentí ganas de abofetearla y al mismo tiempo me di cuenta de que ella no tenía la culpa de nada.

Ana, de once años, al preguntarle en qué momento ubica el comienzo de su enfermedad, afirma sollozando, pero sin un atisbo de duda, que fue la misma tarde en que el padre amenazó con abofetear a la madre. Esta asiente, agregando que su marido es muy irascible y que la sensibilidad de su hija está reñida con esta actitud. Ambas coinciden en que la condición para la mejoría de Ana es el alejamiento del padre de la familia.

Cualquier hombre soporta estoicamente que le marquen con hierro candente, que le arranquen las uñas o que le abofeteen, pero ninguno puede aguantar la visión de una mujer llorando.

■ Y te despeinan esos dedos largos y fuertes que te convertirán la nuca en un muelle loco y la cabellera pelirroja en una ráfaga que va y viene abofeteando tontamente su pecho infranqueable.

Cuando alguien conjuga el verbo "apetecer" habría que abofetearle.

Él la abofetea violentamente.

¿De qué podía conocerlo? Todos los fantasmas de la época de la clandestinidad le abofetearon en la misma mejilla.

(MARÍA se adelanta y abofetea a JESÚS.) (Hay un largo silencio tremendo.)

Soportó el impulso de abofetear al muchacho mientras hablaba.

Y era en noches de tormenta (¿por qué?), cuando se escuchaba su débil voz que pedía a gritos que la abofeteasen, que la azotasen, que le arrancaran los cabellos para que perversamente la dicha culminara en paroxismo.

Dispuesta a abofetearle, a arañarle el rostro, a vengar la afrenta humillante, me abalancé sobre él.

Vio a continuación cómo se ensañaba la mujer, a puñetazos, con la espalda y el cuello del hombre, y vio también cómo él se incorporaba y le aferraba las muñecas, y las dominaba con una mano y empleaba la otra para abofetearla.

Lo abofeteó para evitar que se desmayara y comenzó a robarle las palabras una a una, a arrancárselas de la boca, hasta lograr armar sus secretos.

Esa noche me daba más rabia imaginarme a tu padre abofeteado por el mequetrefe de Raimundo Mullor que muerto de un tiro en una trinchera.

¿Entiende esto? ¿Cómo suele corregirlos? ¿Se acerca a ellos para tratar de entender sus razones y después los guía con mano fuerte pero amistosa, o simplemente les grita, los insulta y abofetea, como hizo ayer con Saúl en esta oficina? ¿Permite que en su hogar se apliquen sobrenombres, se hagan burlas y críticas destructivas, se exalten las capacidades de unos para menospreciar las de otros, se invoquen deseos de que tal o cual hijo sea distinto, o se admiren envidiosamente las condiciones de otras familias? Si así ha sido, usted ha creado en ellos una autovaloración peligrosamente pobre.

[...] que de verdad era demasiado joven para enfajar el horizonte de su vida en esa casa, donde las posibilidades se reducían a la muy triste perspectiva de escurrir los años al lado de esa mujer, que algún día sería una anciana de fosilizados ojos, con las tetas desecadas, plagada de granos y sarpullidos, latosa, desdentada, a quien habría que abofetear de cuando en vez por las inevitables sorrostradas de la vejez, pero como empezaba a sentir que algo se movía en sus tripas, Stéphanie de inmediato acudió al cuarto de baño, donde despachó sus «vulgares pensamientos», pensaba ella, y vació la pesadumbre que la había hecho mofarse con tal irreverencia de su patrona.

De los servicios, al fondo del local, acababa de salir el cabo de regulares al que Néstor había abofeteado.

Cuando Dora abofetea al Sr. K. es porque éste le dice que no hay más allá de su deseo por ella, que no hay sombra, pues si el Sr. K. sólo se interesa en ella, su padre sólo se interesa en la Sra. K. y esto le resulta intolerable, ya que ella pierde su sombra, la proyección de la mujer intachable en la estatua blanca, pura y bella de la deseable Señora.

Ya no buscaba su cintura, sino su cara, para abofetearla.

¿Por qué no lo hacen ya? ¿Es éste el suplicio del Oidor, por haberlo abofeteado?

Lo miraba para no ver más allá del símbolo, pues la puerta del comedor había quedado abierta y en la cortina de la cocina, como en un espectáculo de sombras chinescas, se proyectaba y denunciaba el grito de ella cuando el gordo la abofeteaba, su cuerpo volcado en unos sacos de harina, las manos de él desprendiéndose el cinturón y el pantalón y tomándola luego, ahogándola en un lamento mientras la violaba.

¡Puta! (La abofetea y la tira sobre la cama).

Inspirándose seguramente en los métodos de los detectives de las películas, Juan abofeteó al tipo, que empezó a chillar.

¿Me quieres? ¡Mírame, y adivinaré tu pensamiento! (Darío rechaza la mirada. Un silencio, y Nadia, apasionadamente, destroza la flor. Violenta, esparce por el suelo los pétalos de la rosa e, inesperadamente, abofetea a Darío expresando:) ¡Estoy harta de soportar oscuridades y nieblas en ellos! ¡Eres un cobarde! ¡Siempre estás mintiendo! No toleraré lo que en los demás es un placer que apruebo.

Eliseo se ganó la bacinica desgranando elotes para llenar decenas de cuartillos de grano limpio en una tienda de cambio, la consiguió por cuenta propia para Redención Trujillo porque le dolía el alma cada que doña Maco abofeteaba al inútil, por haberse vaciado en los pantalones.

«Franco, traidor», grita como un latigazo en el silencio de granito del templo el maestro de escuela Francisco Urdiales al que abofetea luego el jefe superior de Policía, De Diego.

Con rabia Laura preguntó a su madre la razón por la cual tenía que ser ella quien cediera su asiento, y entonces su madre la abofeteó para que aprendiera a no contestarle cuando sencillamente tenía que obedecer.

(Lo abofetea, le rompe la ropa, lo sacude por el pelo, le pega.)

Sólo quería abofetearle un poco para ver si así reaccionaba.

Acudió la infanta Luisa Carlota a defender los intereses de su hermana y sobrina, y, apoyada según algunos por Miraflores, Parcent y otro, empujó a Fernando VII a que restableciera la Pragmática, lo que logró en un breve momento de recuperación del Rey; llegándose incluso a la leyenda de que Luisa Carlota abofeteó al ministro Calomarde, uno de los campeones del absolutismo.

El agresor, del PP, se presenta también en el juzgado para acusar a las hijas del agredido de abofetear a la suya [...].

«Era la noche anterior a su licenciamiento. Habían bebido más que de costumbre y estaban muy alegres. Llegó la hora de formar y uno de ellos era incapaz. El sargento le mandó a la cama. Pero en ese tramo se encontró con el alférez que le volvió a mandar a la formación. Como el chaval se caía, el alférez le comenzó a abofetear, ante lo cual todos los demás soldados increparon al oficial. En esa situación el alférez mandó traer una pistola, que al parecer quiso disparar al aire, pero se le encasquilló», relata el abogado de varios de los implicados, Ignacio Perelló.

¡Manuela les ha engañado! Cobardemente la abofetean, la insultan, la escupen, a golpes la obligan a postrarse, quizá quieren matarla allí mismo, pero al fin prefieren cubrirla de puntapiés y culatazos de fusil, colmarla de improperios.

Que jugaba a la revolución a distancia y a escondidas de él porque sabía que era ridículo ("Ridículo para ti, para quien nada que no fuera tú, tu pintura, ni siquiera yo, existe"), que desde cuándo se creía necesaria, incluso indispensable, despreciándose a sí mismo mientras hablaba, que su país o su pueblo podría arreglárselas sin ella, con ganas de que AnaCarla lo abofeteara, que quería compensar con una dudosa militancia su fracaso, y, como no lo abofeteaba buscaba la manera de herirla más, gravemente infame, primero como mujer, cuando él la conoció ("Bruno, no seas canalla"), luego con él como amante [...].

Hasta llegó a concebir, como un destello, un título, a sólo dos columnas (porque era número ocho, pero sólo de un Club Chico): conocido futbolista uruguayo abofeteado en pleno vuelo por dama que se defiende de agresión sexual.

Abofeteó ligeramente a la madre de Juan.

Bien sabe Dios que empecé a preguntarle con calma y con toda mi buena voluntad de cristiano bien nacido y que me aguanté las ganas de abofetearla desde el primer momento.

Si hubieras estado aquí en ese momento, te habría abofeteado.

(El NIÑO comienza a agitarse por una risa nerviosa, enfermiza, que le pone fuera de sí. El SARGENTO le abofetea para romper el ataque de nervios.)

El pasado 3 de septiembre, un grupo de «cabezas rapadas» abordó a una pareja de jóvenes de 20 y 22 años en la calle Fernández de los Ríos de Madrid, en el distrito de Chamberí, a los que abofetearon sin ningún motivo aparente.

El párroco de la población colombiana de El Molino (norte), al parecer en estado de embriaguez, se negó a bautizar el pasado día 24 a un niño y, tras hacer disparos al aire con una pistola, insultó y abofeteó a los padres.

Benedicte, una guapa francesa, revolucionó ayer Wimbledon al abofetear al juez de silla Bruno Rebeuh para defender a su marido, el estadounidense Jeff Tarango, descalificado del cuadro individual cuando perdía por 7-6 y 2-1 frente a Alexander Mronz.

Francisco la abofeteó y la agarró del cuello.

Uno tenía que reprimirse para no abofetearla y gritarle: «¡Conténtate!» Creía que tenía derecho a todo, era más, sentía una clara inclinación por lo que no podía tener.

Además, el roncar y el excesivo movimiento durante el dormir (de manera involuntaria se puede abofetear y patear al compañero de cama) provoca que el cónyuge decida dormir en otra cama u otro cuarto (Weaver y Millman, 1986).

Hubiera podido abofetearla como se había visto hacer en sueños, y tal vez sólo la presencia de extraños cerca se lo impidió.

Estuve días sumida en una crisis, y para colmo sobrevino aquella bronca en la que Mary Jo llegó a abofetearme hasta conseguir que me arrodillara ante ella y le jurara que abandonaría la película si la secuencia en la que debía aparecer desnuda y acostarme con Orestes no se suprimía.

Más tarde, cuando la muchacha llega a casa luciendo flamantes prendas de nylon luego de haberse entregado al trabajador, Cesira, en un arranque de histeria, la abofetea, y luego le informa que Michele ha muerto.

Oír decir que los pies infantiles tienen un aire de rabia impotente y que el polvo estival era paciente, soñador y victorioso, la afecta de tal manera que hubiera podido abofetear a cualquiera que se atreviera a repetir esas palabras frente a ella.

Angel Sánchez se llamaba el coronel retirado que por recriminar a un delincuente que estaba abofeteando a una mujer, recibió un golpe mortal de éste.

Lucila, de 26 años, es la menor de tres hermanas. Empezó su anorexia nerviosa a los 18 años cuando, como consecuencia de una de sus salidas nocturnas, al llegar a casa a la madrugada el padre la abofeteó y calificó de "mujer de la calle".

América no puede parar su mano una vez que comienza el arco hacia la cara de su hija, una vez que la abofetea de pleno en la boca, el sonido seco contra el grito de su hija.

Cuando Burro Prieto encuentra a Lira transformado en bancario y quiere obligarlo a asumirse otra vez como Tarzán, le abofetea la nueva cara afeitada y luego le golpea directamente los huevos.

Según su tía, a Johnny Pérez lo golpeaban con palos y lo abofeteaban.

Total, sus escándalos han sido simples travesuras: como abofetear a un profesor que estaba en huelga, ser apresado por dispararle a un trabajador... o agredir al director del periódico El Faro, Sergio Cueto, a raíz de la publicación de las graves acusaciones de asesinato que pesan sobre Frank Portorreal —alias Papo Cury—, actual presidente del Ayuntamiento Municipal.

En un aparente exceso de celo, la Policía detuvo como primer sospechoso a Leopoldo «el Gitano», un habitual de las tabernas que rodean al barrio de la estación de trenes, novio de una de las víctimas descuartizadas, Natalie Godart, mujer rota por las drogas y el alcohol, buscona eventual a quien Leopoldo abofeteaba cuando la veía intimar con cualquiera y sin más tarifa que hacerse invitar a una copa.

■ "El envidioso no retrocede ante ninguna bajeza. La envidia es el rubor de la mejilla sonoramente abofeteada por la gloria ajena".

El Benefactor lo escuchó sin abrir la boca y luego, fríamente, lo abofeteó.

Los hombres abofetearon y escupieron a la gacela hasta que Néstor, forzado a verlos directamente, se dio cuenta de que eran cachorros de su misma edad.

¿Me va a abofetear como en una película de gangsters?

Los mismos dos años constan en la hoja penal de un tercero por abofetear en 2012 a un manifestante, hecho que el acusado admitió cuando se difundió un video.