Homenaje a Sergio Pitol (1933-2018) en la Academia Mexicana de la Lengua.

Academia Mexicana de la Lengua

Homenaje póstumo a Sergio Pitol

12 de Abril de 2019

• Participaron Gonzalo Celorio, Margo Glantz y Adolfo Castañón

El martes 9 de abril la Academia Mexicana de la Lengua rindió homenaje a la memoria de Sergio Pitol (Puebla, 1933 - Xalapa, 2018) en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

En su primera sesión pública como director de la corporación, Gonzalo Celorio dio inicio al homenaje agradeciendo al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y a todos los asistentes su interés por la persona y la obra de Sergio Pitol.

Adolfo Castañón consideró la ocasión como «una sesión de duelo» en la que los amigos, deudos y lectores estaban congregados para conversar con el desaparecido, como es tradición que sucedió en los funerales de Nezahualcóyotl, el rey poeta de los mexicas. Rememoró que Sergio Pitol perteneció a un grupo selecto «de un México culto» desde su infancia: en Veracruz conoció la biblioteca de Jorge Cuesta, donde leyó a los Contemporáneos, Villaurrutia, Novo, Gorostiza, Owen, así como a Pellicer y Alfonso Reyes, a quien conocería más adelante al convertirse en asiduo visitante de la Capilla Alfonsina. Castañón dio lectura a una reseña que Pitol escribió a los veinte años sobre el libro de Reyes Memorias de cocina y bodega (1953), «reseña –siguió Castañón– iniciática y que de cierto modo le abrió las puertas del mundo».

RECUERDOS PERSONALES

Por su parte, Margo Glantz compartió recuerdos personales de la amistad que sostuvo con Sergio Pitol a lo largo del tiempo y las ciudades, tales como Praga o Nueva York, habida cuenta de que el autor de El arte de la fuga (1996) fue diplomático en el Servicio Exterior Mexicano desde 1960. Además, Glantz dio lectura a un texto crítico sobre la poética narrativa de Sergio Pitol, donde consideró que algunas claves de su obra se encuentran en obras como Cumbres borrascosas (1847) de Emily Brontë. Apuntó por otro lado que el tono narrativo de Pitol se transformó con el tiempo de la gravedad y el sentimiento trágico hacia la parodia y la jocosidad, características –concluyó Margo Glantz– de la propia personalidad del escritor.

Finalmente Gonzalo Celorio celebró las inteligentes y emotivas estampas ofrecidas del escritor, traductor y diplomático, y dio cierre a esta sesión solemne.

Sergio Pitol fue elegido como miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua el 23 de enero de 1997 y fue galardonado con el Premio Cervantes en 2005. Entre sus obras destacan El tañido de una flauta (1972), Domar a la divina garza (1988) y La vida conyugal (1991). Fue un prolífico traductor del chino, inglés, húngaro, italiano, polaco y ruso.

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