Rodrigo Martínez Baracs ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua

La noche del 25 de febrero el escritor e historiador Rodrigo Martínez Baracs leyó su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua. Es el quinto ocupante de la silla XXXIII, la cual correspondió a humanistas como Elías Trabulse y Álvaro Matute. A la ceremonia asistieron familiares y amigos del historiador, así como diversas personalidades del ámbito cultural y artístico.

El nuevo académico estuvo acompañado de Gonzalo Celorio, director de la institución, quien agradeció a las autoridades correspondientes su buena disposición para llevar a cabo la ceremonia. Inmediatamente después, Rodrigo Martínez Baracs leyó su discurso de ingreso titulado José Luis Martínez, editor en el que destacó la labor editorial de su padre, quien fuera director y ocupante de la silla III de la misma corporación. También aludió a su trabajo como funcionario en distintas instancias del sector cultural y su participación en diferentes ediciones que hoy en día son valiosísimas tanto por su rigor editorial, como por su contenido académico y estético. En su alocución recordó a Álvaro Matute su antecesor en la silla XXXIII.

Finalmente, Martínez Baracs hizo mención de la ardua tarea de su padre en una edición de la Cartilla moral en la que simplificó algunas formulaciones difíciles, eliminó temas de religión, incorporó temas actuales como los ecológicos y el de la corrupción de los funcionarios, y quitó tres párrafos sobre política, marcados por la situación de guerra contra el nazifascismo que se vivía en 1944.

En seguida, Gonzalo Celorio le entregó las insignias y el diploma que lo distinguen como miembro de número de la corporación.

Para concluir el acto, Ascensión Hernández Triviño le dio la bienvenida a Martínez Baracs. En su texto reconoció la erudición y dedicación del nuevo académico en el campo de la historia y  su conocimiento de algunas lenguas originarias. También enfatizó el acercamiento de Martínez Baracs a las letras desde una edad muy temprana, suceso que despertó en él variados intereses no sólo en a literatura sino en diferentes disciplinas.

HISTORIADOR Y ESCRITOR

Historiador, filólogo, lingüista, escritor, el nuevo miembro de la corporación es un investigador de reconocido prestigio, cuyos intereses se han centrado en los siglos XVI y XIX. Sus estudios han explorado diversos aspectos de la conquista de México, centrándose en los aspectos económicos, políticos, sociales, culturales, lingüísticos y religiosos, en diferentes momentos y regiones, sin dejar de lado la historiografía, la bibliografía y la documentación.

Entre sus libros pueden mencionarse: La vida michoacana en el siglo XVI. Catálogo de los documentos del siglo XVI del Archivo Histórico de la Ciudad de Pátzcuaro, México, INAH, 1999, con Lydia Espinosa Morales; La secuencia tlaxcalteca. Orígenes del culto a Nuestra Señora de Ocotlán, México, INAH, 2000; Convivencia y utopía. El gobierno indio y español de la «ciudad de Mechuacan», 1521-1580, México, FCE, INAH, 2005; Caminos cruzados. Fray Maturino Gilberti en Perivan, Zamora, El Colegio de Michoacán, INAH, 2005; La perdida «Relación de la Nueva España y su conquista» de Juan Cano, México, INAH, 2006; La biblioteca de mi padre, México, Conaculta, 2010; y El largo descubrimiento del «Opera medicinalia» de Francisco Bravo, México, Conaculta, FCE, 2014.

En 1991 recibió el Premio de Crónica Histórica del Conaculta, INBA; en 2006 recibió una mención honorífica del Premio de Historia Colonial de América Silvio Zavala del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, el Premio Clavijero del INAH, de Historia y de Etnohistoria, y el Premio Edmundo O’Gorman de Teoría de la Historia e Historiografía, y, en 2013, el Premio a la mejor reseña de Historia Antigua que otorga el Comité Mexicano de Ciencias Históricas.