El director de corporación dominicana diserta sobre «El aporte del DRAE al conocimiento del lenguaje».

Academia Dominicana de la Lengua

Presentación del Diccionario de la lengua española

6 de Febrero de 2015

La Academia Dominicana de la Lengua presentó ayer, 5 de febrero, la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española, fruto de la colaboración de las veintidós corporaciones integradas en la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), en su sede de Santo Domingo.

Al acto, presidido por Bruno Rosario Candelier, director de la corporación, asistieron el secretario, José Enrique García; los académicos Manuel Núñez Ascencio, Rafael Peralta Romero, María José Rincón, Ofelia Berrido y Miguel Solano; el representante de la Editorial Planeta, Eugenio Roca, y un público integrado por profesores de lengua española y escritores.

La académica María José Rincón abrió el turno de intervenciones con unas palabras dedicadas a la «Armonización del DED en el DRAE». La académica explicó la inmensa complejidad que supone construir un diccionario. Comentó que, entre las tareas que se les encomendaron a las academias de la lengua española en América, estaba la de incorporar al DRAE una selección de palabras vigentes en los países americanos hispanohablantes que hasta el momento no formaban parte de la nomenclatura de la obra académica. «Para nuestra labor partíamos del lemario del Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española, en cuya preparación también tomamos parte los académicos de esta casa», expresó. Manifestó que su tarea era certificar los usos dominicanos para que, en concurrencia con los de otros países hispanohablantes, pudieran ser considerados como candidatos para su inclusión en la nueva edición del Diccionario.

CONTRIBUCIÓN DOMINICANA

El académico Manuel Núñez Ascencio dedicó su discurso al «Valor lexicográfico del DRAE». Señaló que tenemos la tendencia a observar los diccionarios como algo externo a nuestra historia. «La mayoría de los dominicanos ignora que el territorio que habitamos contribuyó con aportaciones extraordinarias a la conformación de una lengua que se nutrió, en un momento especialmente importante como fue el Siglo de Oro, de las lenguas de América, y, particularmente, del taíno hablado mayoritariamente en la isla Española, en porciones de Puerto Rico y en la porción oriental de Cuba», expresó el académico. Asimismo, Núñez Ascencio explicó algunos usos propiamente dominicanos compendiados en esta obra. Dio ejemplos como aguante, que subraya la `capacidad de sufrir’, además de su alusión a la ‘lotería ilegal’; aguaje, en el sentido de ‘alarde’, ‘jactancia’, y la voz aguajero ‘persona jactanciosa’.

Rafael Peralta Romero, académico de la lengua, habló sobre «El DRAE y la comprensión de las palabras». Comenzó su discurso con la variación introducida en la definición de la palabra dominicano. También manifestó que la unidad de nuestro idioma, es decir, la máxima aproximación entre los hablantes, en cuanto al valor semántico de las palabras, así como a su escritura y su pronunciación, constituyen una prioridad para los integrantes de la Asociación de Academias de la Lengua Española. Peralta Romero destacó que el Diccionario es un buen consejero para resolver dudas o afianzar conocimientos respecto del uso de las palabras de nuestro idioma, «entrar en confianza con el Diccionario le permite a uno una mayor comprensión de las palabras y, en consecuencia, profundizar su conciencia de la lengua».

DE «CONCHO» A «FIGUREO»

Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de Lengua, concluyó la presentación con «El aporte del DRAE al conocimiento del lenguaje». Se refirió a su experiencia como colaborador en la confección de la obra y explicó las novedades de esta edición. Manifestó que tiene la satisfacción de haber contribuido a la incorporación de muchos vocablos dominicanos, como changüí, chiripero, concho, figureo, pariguayo, machepa, reperpero, entre otros. Confesó que una de las palabras incorporadas al Diccionario de la lengua española que tuvo una alta significación para él fue interiorismo, el movimiento literario creado por él y que aparece con la definición de ‘movimiento literario fundado en la República Dominicana, que expresa el impacto de lo real en la conciencia, la dimensión metafísica de la experiencia y la belleza sutil con sentido trascendente’. Para terminar, subrayó que «las palabras también entrañan una energía, y para nosotros entrar en comunión con esa energía tenemos que enamorarnos de las palabras, apasionarnos con sus significados para establecer un vínculo entrañable y lograr acoplar nuestra sensibilidad al caudal de voces que esta magnífica obra recoge para nuestra fortuna».  

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